Soñando despierto

lunes, 26 de julio de 2010

De pequeño las pesadillas te visitan ciertas noches, y hacen que te acuerdes de ese monstruo de una "peli" que no deberías haber visto en la tele o de ese otro monstruo de profesora que te amarga la vida... Te despiertas sudando y hasta gritando en ocasiones, para darte cuenta entre jadeos de que sigues en tu habitación y de que todo lo que habías soñado, no era real... Entonces los más experimentados, recuperan el aliento y tratan de volver a dormir; pero esta vez, sin soñar o al menos, intentando luego no acordarse de lo soñado. Otros aún tienen que ir corriendo a la habitación de sus padres para comprobar que realmente todo sigue en su sitio...

Sin embargo, hay algo oculto en los sueños... Y es que de niño te dicen que todo aquello que no sea una pesadilla... es simplemente un "sueño". Y por convención social o tradición, los sueños suelen ser buenos ¿verdad?. Perfecto entonces, a soñar pues... Sin embargo el niño, con el tiempo, se va haciendo adulto. Y es entonces cuando el mundo de los sueños se le empieza a revelar como en realidad es. Y es que llegas a descubrir la verdadera ironía de tus sueños; porque te das cuenta de que en ocasiones es  más doloroso un "buen sueño" en el que consigues algo deseado o en el que se cumple un feliz acontecimiento... que la más horrible de todas tus pesadillas. ¿Por qué? Muy sencillo, porque al igual que la noche sigue al día, al sueño le sigue el despertar. Ese despertar que si viene tras una pesadilla trae alivio y descanso... pero tras un gran sueño, puede llegar a traer dolor y melancolía. A veces desearías que esta realidad no fuese la tuya, que ese evento que no te deja dormir hubiese o no hubiese pasado... Que cada vez que despiertes no tengas la sensación de que estabas mejor soñando que respirando sobre tu cama. Y además, te preguntas por qué parece que una parte de ti no quiere despertar, una parte de ti que sin embargo, necesitas en tu realidad. Una parte de ti que ya no eres capaz de lograr volver a recuperar, que siempre se quedará soñando con ella... tu otra realidad.

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